Siguiendo el hilo de los artículos sobre genética que estamos haciendo para el boletín, me gustaría aportar mi granito de arena explicando mis experiencias con la que, para mí ha sido el mayor desafío que me he propuesto desde que crío mensajeras de color, los escudos de color.

Para empezar vamos a definir lo que es una paloma de escudo, ya sea mensajera o de otra raza. Podemos hablar de paloma de escudo cuando estamos ante una paloma enteramente blanca, que solo posee color en el escudo del ala, con las remeras primarias (9 o 10 primeras plumas) blancas, El escudo puede ser de cualquier color básico y se le pueden añadir todos los modificadores existentes. Evidentemente el grado de perfección antes citado no es nada fácil de alcanzar pero es el espejo en el que tenemos que mirarnos a la hora de seleccionar nuestras palomas de escudo.

A diferencia de artículos anteriores aquí no os puedo hablar de caracteres dominantes ni recesivos, ni de genes ligados al sexo ni nada parecido.

En las palomas de escudo intervienen múltiples factores. Básicamente una paloma de escudo es una paloma pinta con una distribución peculiar del color, fijar esa “casualidad” no es nada fácil.

Mi experiencia con estas palomas surgió a raíz de una pareja, un macho con escudo azul y plumas en cola y pecho y una hembra de Arnau, de escudo negro pero también bastante defectuosa. Después de dos años sacando pichones pintos por fin logré que criaran un macho de escudo, el primero de la lista. Ese mismo año conseguí un macho portugués con algo parecido a un escudo, y uno de los socios del club, Ovidio Rial, me pasó una hembra perfecta con el escudo azul rodado. Con ese cuadro inicial empecé a trabajar y año a año voy mejorando en calidad y cantidad de pichones con las características apropiadas.

Las pautas que he seguido a la hora de seleccionar los reproductores son las siguientes.

1-      Desechar siempre que sea posibles los animales con color en la cola o en las 9 remeras principales, si no podemos eliminarlos intentar al menos que al hacer las parejas los que tengan color en la cola los emparejaremos con parejas de cola blanca.

2-      Las palomas con manchas de color en la cabeza son validas pero hay que emparejar con otras que no lo tengan.

3-      Siempre intentaremos que los defectos que tenga el macho no los tenga la hembra

4-      Si no tenemos otra opción de escudo para meterle, siempre emparejar con blancos.

Con el tiempo y las generaciones el escudo se va fijando. Yo he tardado 2 años en criar la 1ª paloma de escudo, al año siguiente con ese pichón emparejado con su madre ya logré un 25 por ciento de pichones validos, El año pasado, con 4 parejas de muy buena calidad el resultado fue dispar. En las parejas de escudo cuyos padres también tenían un escudo de calidad el porcentaje de pichones buenos ronda el 50 por ciento. En parejas de escudo que venían de padres no tan buenos el porcentaje baja muchísimo, incluso de alguna pareja no ha salido nada reseñable.

De ahí mi teoría, el escudo se va fijando con las generaciones, solo siendo muy escrupuloso al seleccionar los reproductores podremos ir aumentando la cantidad de colores validos.

A Continuación os mostramos una serie de palomas de escudo con diversos defectos y virtudes de los que se hablaba en el artículo.

Antón Carro    (Boletín nº5)